Con la llegada del frío y los días más cortos se produce un
cambio en nuestros hábitos de vida, lo que debe ponernos en relativa guardia,
de cara a salvaguardar la continuidad de una buena salud.
El otoño ya está aquí y, una vez se complican las
condiciones del tiempo, puede que apetezca salir menos a la calle, lo que
redunda en la recepción de menos horas de luz solar y, por tanto, más del tipo
artificial, al permanecer en interiores. Y esto puede tener consecuencias
negativas tanto para la salud como para el estado de ánimo; menos luz también
puede provocar sensaciones de decaimiento e incluso bajadas de las defensas, lo
que junto a ambientes cerrados, resecos y en ocasiones cargados de polvo puede
traducirse en un mayor riesgo de enfermar.
Pero puedes tener en cuenta una serie de sencillas medidas,
si no todas algunas de ellas, para evitar lo expuesto anteriormente:
1) Abrígate adecuadamente.
2) No abandones el hábito de beber bastante agua.
3) Bebe infusiones, sopas y caldos variados.
4) Mantén una dieta baja en calorías, aunque no exenta de
grasas.
5) No dejes de practicar algún ejercicio físico.
6) Procura dar paseos por zonas no urbanas.
7) Duerme lo suficiente.
8) No dejar, siempre que puedas, de tomar un poco el sol.
9) Usa cremas hidratantes.
10) En caso de ser necesario, vacúnate contra la gripe.